¿Cuándo aparecen los activos intangibles en el balance?

Un activo intangible es un activo no físico que tiene una vida útil de varios períodos. Ejemplos de activos intangibles son patentes, derechos de autor, listas de clientes, obras literarias, marcas registradas y derechos de transmisión. El balance general agrega todos los activos, pasivos y capital contable de una empresa. Dado que un activo intangible se clasifica como activo, debe aparecer en el balance general. Sin embargo, este no es siempre el caso. En cambio, las normas contables exigen que una empresa no pueda reconocer ningún activo intangible generado internamente (con algunas excepciones), solo activos intangibles adquiridos. Esto significa que los activos intangibles que figuran en un balance general probablemente se obtuvieron como parte de la adquisición de otro negocio, o se compraron directamente como activos individuales.

Por ejemplo, si una empresa lleva a cabo una investigación costosa durante muchos años y finalmente crea una patente valiosa a partir de esta investigación, todo el costo asociado se carga a los gastos a medida que se incurre en ellos; no se puede capitalizar ningún activo intangible. Sin embargo, si la misma organización comprara la patente a otra empresa, podría reconocer el valor razonable de la patente en su balance, porque compró la patente.

Un efecto de este tratamiento contable es que muchas corporaciones que han gastado cantidades excesivas de efectivo durante años para desarrollar marcas y patentes valiosas no han capitalizado ninguno de los costos asociados; sus balances no reflejan el valor real de sus activos intangibles. Esto puede ser engañoso cuando una persona externa está tratando de comprender el valor de una empresa examinando sus estados financieros.

Aunque los intangibles no aparecen en el balance general en muchos casos, esto también puede favorecer a una empresa. En primer lugar, la entidad no tiene que absorber un cargo por amortización en curso para reflejar el consumo en curso del valor de estos activos, ya que el costo total se cargó al gasto por adelantado. Además, las normas contables establecen que una pérdida repentina en el valor de un activo puede desencadenar un cargo por deterioro, que puede afectar negativamente las ganancias. Nuevamente, dado que el costo de estos activos se canceló por adelantado, la organización no tiene activos intangibles que puedan estar sujetos a dicho cargo.

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