Definición de precio máximo

Un precio máximo es un límite al precio más alto que se puede cobrar. Este tope generalmente lo impone una entidad gubernamental para que los bienes y servicios esenciales estén disponibles para las personas de bajos ingresos. Por ejemplo, un gobierno podría imponer un precio máximo a las rentas cobradas por propiedades residenciales dentro de sus límites o sobre ciertos productos alimenticios que se consideran esenciales. La intención detrás de la imposición de un tope es mantener los precios asequibles para los consumidores de bajos ingresos.

Un efecto secundario común de un precio máximo es que el nivel de oferta cae, por lo que hay escasez de bienes o servicios sujetos al techo. Esto crea un desequilibrio artificial entre la oferta y la demanda, que eventualmente puede llegar a ser tan severo que el gobierno que impone el techo considera necesario aumentar el precio máximo permitido. Esta escasez aparece porque el precio máximo no genera una ganancia suficiente para que los productores generen más de los bienes o servicios controlados.

Otro efecto secundario es que se desarrolla un mercado negro, donde los consumidores dispuestos a pagar más dinero que el precio impuesto obtendrán ilegalmente los bienes o servicios deseados a un precio más alto. Cuando los proveedores de artículos con precio controlado descubren que pueden ganar sustancialmente más en el mercado negro, estarán aún menos inclinados a vender al precio máximo impuesto, lo que crea un mayor desequilibrio entre la oferta y la demanda.

Otro resultado más de un precio máximo es que los vendedores intentarán eludir el precio máximo cobrando tarifas adicionales. Por ejemplo, podrían cobrar una tarifa administrativa, una tarifa de manejo o un recargo por combustible. En todos estos casos, la intención es aumentar sus ingresos totales mientras, en teoría, se mantienen dentro de los límites legales de la ley. Este enfoque es menos ilegal que vender en el mercado negro.

Un resultado final de un precio máximo impuesto es que los vendedores intentan retener sus ganancias reduciendo la calidad de sus productos. Por ejemplo, un inquilino en un área de renta controlada podría minimizar la cantidad gastada en el mantenimiento de la propiedad, mientras que el vendedor de productos horneados podría incluir harina de menor calidad en los productos vendidos.

En resumen, un precio máximo tiende a imponer restricciones artificiales en el mercado, que tanto compradores como vendedores pueden intentar evitar.

Artículos Relacionados