Gestión basada en actividades

La gestión basada en actividades (ABM) se utiliza para determinar la rentabilidad de cada aspecto de un negocio, de modo que esas áreas se puedan actualizar o eliminar. La intención es lograr una organización más afinada con un mayor nivel de rentabilidad. La información utilizada en un análisis de ABM se deriva del cálculo de costos basado en actividades, donde los costos generales generales se asignan a los objetos de costo en función de su uso de impulsores de actividad. Un objeto de costo es todo aquello sobre lo que una empresa desea recopilar información de costos, como procesos, clientes, productos, líneas de productos y regiones geográficas de ventas. Varios ejemplos de cómo se puede utilizar ABM son:

  • Determinar la rentabilidad total de un cliente, en base a sus compras, devoluciones de ventas y uso del tiempo del departamento de atención al cliente.

  • Determinar la rentabilidad total de un producto nuevo, con base en sus ventas, reclamos de garantía y tiempo de reparación requerido para productos devueltos.

  • Determinar la rentabilidad total del departamento de I + D + i, en base a los fondos invertidos y el resultado de los nuevos productos desarrollados.

La información derivada de un análisis de ABM también se puede trasladar a los modelos de previsión y los presupuestos de una empresa, lo que le da a la gerencia una mejor idea de las perspectivas futuras del negocio.

El problema con ABM es su supuesto subyacente de que todos los beneficios y costos de un objeto de costo pueden traducirse en términos monetarios. Por ejemplo, el resultado de un análisis de ABM podría llevar a la gerencia a la conclusión de que el lugar de trabajo debe ser degradado a una propiedad de menor categoría para ahorrar dinero; en realidad, un espacio de oficina más elegante es útil para atraer reclutas a la empresa.

Por la misma razón, puede resultar difícil aplicar ABM al pensamiento estratégico. El problema en esta área es que una nueva dirección estratégica puede ser bastante costosa a corto plazo, pero tiene perspectivas de beneficios a largo plazo que son difíciles de cuantificar bajo un análisis ABM.

Por las dos razones indicadas, la información generada por un análisis de ABM no se puede utilizar para impulsar todas las decisiones de gestión; es simplemente información que luego se puede insertar en el contexto general de cómo se debe operar una organización. Por lo tanto, es una de las varias herramientas de decisión que la administración puede utilizar.

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