Depreciación acelerada

La depreciación acelerada es la depreciación de los activos fijos a una tasa más rápida al principio de su vida útil. Este tipo de depreciación reduce la cantidad de ingresos gravables al principio de la vida de un activo, de modo que los pasivos fiscales se difieren en períodos posteriores. Posteriormente, cuando ya se haya reconocido la mayor parte de la depreciación, el efecto se revierte, por lo que habrá menos depreciación disponible para resguardar la renta imponible. El resultado es que una empresa paga más impuestos sobre la renta en los años posteriores. Por lo tanto, el efecto neto de la depreciación acelerada es el aplazamiento del impuesto sobre la renta a períodos posteriores.

Una razón secundaria para usar la depreciación acelerada es que en realidad puede reflejar el patrón de uso de los activos subyacentes, donde experimentan un uso más intenso al principio de su vida útil.

Métodos de depreciación

Hay varios cálculos disponibles para la depreciación acelerada, como el método del doble saldo decreciente y el método de la suma de los dígitos de los años. Si una empresa opta por no utilizar la depreciación acelerada, puede utilizar el método de línea recta, en el que deprecia un activo a la misma tasa estándar durante toda su vida útil. Todos los métodos de depreciación terminan reconociendo la misma cantidad de depreciación, que es el costo del activo fijo, menos cualquier valor de rescate esperado. La única diferencia entre los distintos métodos es la rapidez con la que se reconoce la depreciación.

Cuando no se utiliza la depreciación acelerada

La depreciación acelerada requiere cálculos de depreciación adicionales y mantenimiento de registros, por lo que algunas empresas la evitan por esa razón (aunque el software de activos fijos puede superar este problema fácilmente). Las empresas también pueden ignorarlo si no obtienen ingresos imponibles de manera constante, lo que elimina la razón principal para usarlo. Las empresas también pueden ignorar la depreciación acelerada si tienen una cantidad relativamente pequeña de activos fijos, ya que el efecto fiscal de utilizar la depreciación acelerada es mínimo. Por último, si una empresa cotiza en bolsa, la dirección puede estar más interesada en informar la mayor cantidad posible de ingresos netos con el fin de impulsar el precio de sus acciones en beneficio de los inversores; estas empresas probablemente no estarán interesadas en la depreciación acelerada, lo que reduce la cantidad declarada de ingresos netos.

Efectos del análisis financiero

Desde la perspectiva del análisis financiero, la depreciación acelerada tiende a sesgar los resultados reportados de un negocio para revelar ganancias que son más bajas de lo que normalmente sería el caso. Esta no es la situación a largo plazo, siempre que una empresa continúe adquiriendo y enajenando activos a un ritmo constante. Para revisar adecuadamente una empresa que utiliza la depreciación acelerada, es mejor revisar sus flujos de efectivo, como se revela en su estado de flujos de efectivo.

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